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Una nueva investigación del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, liderada por los investigadores del Laboratorio del Sueño y Neurobiología Funcional, Dra. Sussanne Carola Reyes García, Patricio Darío Peirano Campos y Cecilia Algarín, ha sido publicada en la prestigiosa revista indexada Obesity. El estudio científico, basado en una muestra de 530 participantes, revela una correlación significativa entre la vulnerabilidad cognitiva en la adolescencia y el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) en la adultez. La vulnerabilidad cognitiva, relacionada con la capacidad del cerebro para controlar impulsos y tomar decisiones, se evaluó utilizando la tarea anti-sacádica y el test de Stroop. Estos test miden las funciones ejecutivas del cerebro. Los hallazgos sugieren la importancia de integrar la dimensión neurocognitiva en los tratamientos y programas de prevención de la obesidad, abriendo nuevas vías para abordar este problema de salud pública. |
Vulnerabilidad cognitiva y obesidad: estudio chileno
El artículo científico, titulado "Factores neurocognitivos que predicen cambios en el IMC desde la adolescencia hasta la edad adulta", cuya autora principal la Dra. Sussanne Carola Reyes García, destaca la relevancia de este logro: "Publicar en Obesity, una revista de gran influencia en la comunidad científica, valida la importancia de nuestros hallazgos". La investigación, llevada a cabo por el equipo del Laboratorio del Sueño y Neurobiología Funcional del INTA, demostró que la vulnerabilidad cognitiva, ligada a funciones ejecutivas como el control inhibitorio, predice el aumento del IMC desde la adolescencia hasta la edad adulta temprana. Este descubrimiento subraya la necesidad de incorporar la dimensión neurocognitiva en los tratamientos e intervenciones para combatir la obesidad.
El estudio se centra en la vulnerabilidad cognitiva, un concepto complejo que aborda la capacidad del cerebro para controlar impulsos, regular respuestas automáticas y gestionar adecuadamente los estímulos ambientales. Según explica detalladamente la Dra. Sussanne Reyes García, esta capacidad desempeña un papel crucial en la prevención de la obesidad y otras condiciones relacionadas con la salud. El concepto de vulnerabilidad cognitiva está relacionado a las funciones ejecutivas del cerebro, tales como el control inhibitorio y la sensibilidad a la recompensa. En palabras la Dra. Reyes García, tiene que ver con “la capacidad de detener o suprimir conductas aprendidas o automáticas”.
Control inhibitorio y obesidad: estudio con test de Stroop
Del presente estudio, se evaluó la vulnerabilidad cognitiva de 530 participantes utilizando dos métodos:
- La tarea anti-sacádica: mide la capacidad de inhibición ante estímulos visuales, desafiando a los participantes a suprimir la tendencia natural de seguir objetos en movimiento con la mirada y dirigir la atención hacia otro punto.
- el test de Stroop: evalúa la capacidad de mantener la concentración en una tarea mientras se ignoran estímulos distractores, demostrando la habilidad de gestionar la interferencia cognitiva.
Vulnerabilidad cognitiva: clave para prevenir la obesidad
El artículo científico, revela que la vulnerabilidad cognitiva es un factor de riesgo independiente para el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) desde la adolescencia hasta la edad adulta temprana. Este hallazgo, liderado por investigadores chilenos del Laboratorio del Sueño y Neurobiología Funcional del INTA de la Universidad de Chile, tiene profundas implicaciones para la salud pública, especialmente en el contexto del aumento global de la prevalencia de la obesidad.
La vulnerabilidad cognitiva se refiere a la capacidad del cerebro para controlar impulsos, regular respuestas automáticas y gestionar adecuadamente los estímulos ambientales. Se relaciona con funciones ejecutivas como el control inhibitorio, la capacidad de detener o suprimir conductas aprendidas o automáticas, y la sensibilidad a la recompensa. En el estudio, la vulnerabilidad cognitiva se evaluó mediante la tarea anti-sacádica y el test de Stroop.
El estudio no solo amplía nuestra comprensión de los factores que contribuyen a la obesidad, sino que también abre nuevas vías para el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento más efectivas y específicas. Estas estrategias podrían enfocarse en fortalecer el control inhibitorio y modular la sensibilidad a la recompensa a través de intervenciones conductuales, como programas de entrenamiento cognitivo o terapia conductual, y/o farmacológicas.
El estudio, se centró en la adolescencia, un período crítico en el desarrollo del cerebro. Durante esta etapa, la neuroplasticidad, la formación de la identidad personal y la consolidación de hábitos alimenticios pueden tener un impacto significativo y de largo plazo en la salud física y mental de los individuos. La Dra. Sussanne Reyes, investigadora principal del estudio, destaca la importancia de esta etapa: "Se decidió estudiar la adolescencia por ser un período de la vida caracterizado por el desequilibrio entre el control inhibitorio y la sensibilidad a la recompensa”.
Este desequilibrio, propio de la adolescencia, hace que los individuos sean más propensos a tomar decisiones impulsivas y a buscar gratificación inmediata, incluso si esto implica riesgos para su salud. En el contexto de la alimentación, esto se traduce en una mayor susceptibilidad a la influencia de la publicidad de alimentos ultraprocesados y a la presión social para consumirlos, lo que puede contribuir al desarrollo de hábitos alimenticios poco saludables y al aumento del IMC.
El estudio, llevado a cabo por investigadores del Laboratorio del Sueño y Neurobiología Funcional del INTA de la Universidad de Chile, demuestra que la vulnerabilidad cognitiva en la adolescencia, medida a través de la tarea anti-sacádica y el test de Stroop, predice el aumento del IMC en la edad adulta temprana. Esta investigación abre un nuevo horizonte en la lucha contra la obesidad, destacando la importancia de la vulnerabilidad cognitiva como un factor determinante en el desarrollo de esta enfermedad. Al integrar la dimensión neurocognitiva en las estrategias de prevención y tratamiento, podemos avanzar hacia un futuro donde la obesidad sea una enfermedad más prevenible y controlable.
En resumen, el estudio científico chileno publicado en la revista científica Obesity ha demostrado la importancia de la vulnerabilidad cognitiva como un factor predictivo del aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) desde la adolescencia hasta la edad adulta temprana. La investigación, llevada a cabo con una muestra de 530 participantes, empleó la tarea anti-sacádica y el test de Stroop para evaluar las funciones ejecutivas relacionadas con el control inhibitorio y la sensibilidad a la recompensa. Este trabajo pionero no solo expande nuestro conocimiento sobre los factores que contribuyen a la obesidad, sino que también abre nuevas posibilidades para el desarrollo de estrategias de intervención más efectivas. La identificación de la vulnerabilidad cognitiva como un factor de riesgo para el aumento del IMC ofrece una perspectiva prometedora para el futuro. Fortalecer el control inhibitorio y modular la sensibilidad a la recompensa a través de intervenciones tempranas podría ser clave para prevenir la obesidad y mejorar la salud de las futuras generaciones.
Vulnerabilidad Cognitiva y el IMC
- Idea 1: La vulnerabilidad cognitiva en la adolescencia predice el aumento del IMC en la adultez temprana.
Este es el hallazgo principal del estudio. La vulnerabilidad cognitiva se refiere a un desequilibrio en las funciones ejecutivas del cerebro, particularmente en el control inhibitorio y la sensibilidad a la recompensa. El estudio demostró que los adolescentes con mayor vulnerabilidad cognitiva, medida a través de la tarea anti-sacádica y el test de Stroop, tenían una mayor probabilidad de experimentar un aumento del IMC en la adultez temprana.
- Idea 2: La adolescencia es un período crítico para el estudio de la vulnerabilidad cognitiva y su impacto en el IMC.
Los investigadores decidieron centrarse en la adolescencia debido a que es una etapa caracterizada por un desequilibrio entre el control inhibitorio y la sensibilidad a la recompensa. Durante este período, el cerebro experimenta cambios significativos, incluyendo la maduración de las funciones ejecutivas. Este desequilibrio hace que los adolescentes sean más propensos a tomar decisiones impulsivas y a buscar gratificación inmediata, lo que puede afectar sus hábitos alimenticios y contribuir al aumento del IMC.
- Idea 3: La integración de la dimensión neurocognitiva en las estrategias de prevención y tratamiento de la obesidad podría ser clave para abordar este problema de salud pública.
El estudio destaca la importancia de considerar la vulnerabilidad cognitiva en el desarrollo de intervenciones para prevenir y tratar la obesidad. Las estrategias que se centren en fortalecer el control inhibitorio y modular la sensibilidad a la recompensa podrían ser particularmente efectivas en la adolescencia, etapa en la que se consolidan los hábitos alimenticios. Ejemplos de estas estrategias incluyen programas de educación nutricional, intervenciones conductuales y políticas públicas que promuevan un entorno alimentario saludable.
EQUIPO DE INVESTIGADORES
AUTORES | INSTITUCION |
Susanna Reyes | Universidad de Chile |
Patricio Peirano | Universidad de Chile |
Sheila Gahagan | Universidad de California |
Estela Blanco |
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Cecilia Algarín | Universidad de Chile |
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Fuente
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